APRENDER A SER PRÓJIMOS

Necesitamos hacernos prójimos, aprender a  estar cerca de los demás. No nos es innato. Es un ejercicio que podemos practicar cada día. Evitemos rodeos y entremos en contacto con los que no nos son tan agradables, los que no nos reportan satisfacciones. No es que tengamos que ser masoquistas sino cristianos. Esto nos compromete a abrir el corazón y a expandir el perfume de la misericordia.

SABER SALIR DE NOSOTROS MISMOS

No salimos de nosotros mismos espontáneamente. Todo lo contrario. Lo instintivo es resguardarse. Por eso es necesario el aprendizaje para salir del territorio propio sin perder la propia identidad. El desprendimiento de uno mismo para dar cabida a otros es un signo de madurez. Cuanto más seamos capaces  de incluir y de ampliar nuestra mesa más sabios mostraremos ser.

SALIR DE NOSOTROS MISMOS

Es todo un dinamismo de fe y vida el que hace posible este descentramiento vital. Pedimos a Dios que ponga  nuestro corazón junto al corazón de su Hijo Jesús. Y así ya no vivamos para nosotros mismos sino para  Aquel que por nosotros murió y resucitó. Desde ahí se genera ese salir constante de nosotros mismos para encontrarnos con aquellos que están en las periferias de las relaciones humanas y sociales.

HACERNOS PRÓJIMOS

Es un movimiento para evitar rodeos. Si vamos por los caminos de la vida nos vamos a topar con personas que necesitan ser atendidas. Basta con un saludo, una sonrisa, un ponerse al lado y escuchar. Puede ocurrir que necesita ayuda material  y urgente. Esto vale si  hay gestos de humanidad que reconozcan la dignidad de aquel con quien nos cruzamos en nuestro vivir.

ENTREGARSE CON GENEROSIDAD

Cuando uno se entrega con generosidad la luz de la vida brilla más. La entrega desinteresada  genera vida porque repercute  en otros y hace que el bien se difunda y se extinga el mal. Todo lo que se hace desinteresadamente por otro mejora el mundo, lo hace más humano y divino. No nos cansemos de hacer el bien.

INTENCIONES DE ORACIÓN MES DE AGOSTO

Padre bueno, sé que estás conmigo.

Aquí estoy en este nuevo día.

Pon una vez más mi corazón

junto al Corazón de tu Hijo Jesús,

que se entrega por mí

y que viene a mí en la Eucaristía.

Que tu Espíritu Santo

me haga su amigo y su apóstol,

disponible a su misión.

Pongo en tus manos

mis alegrías y esperanzas,

mis trabajos y sufrimientos,

todo lo que soy y tengo,

en comunión con mis hermanos y hermanas

de esta red mundial de oración.

Con María, te ofrezco mi jornada

por la misión de la Iglesia

y por las intenciones de oración del Papa

para este mes. 

UNIVERSAL: 

 Para que quienes colaboran en el campo del 

voluntariado se entreguen con generosidad al servicio de los 

necesitados.

EVANGELIZACIÓN : 

Para que saliendo de nosotros mismos, 

sepamos hacernos prójimos de quienes se encuentran en las 

periferias  de las relaciones humanas y sociales.

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UNIVERSAL : Para que quienes colaboran en el  campo del voluntariado