Vistas de página en total

domingo, 9 de agosto de 2015

SALIR DE NOSOTROS MISMOS

Es todo un dinamismo de fe y vida el que hace posible este descentramiento vital. Pedimos a Dios que ponga  nuestro corazón junto al corazón de su Hijo Jesús. Y así ya no vivamos para nosotros mismos sino para  Aquel que por nosotros murió y resucitó. Desde ahí se genera ese salir constante de nosotros mismos para encontrarnos con aquellos que están en las periferias de las relaciones humanas y sociales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario