Con esta denominación inclusiva se hace referencia a todo el capital humano que configura el viejo continente y que a día de hoy constituye un imán de atracción para tantos hombres y mujeres que pasan por situaciones existenciales indignas. Europa con todos sus pueblos, riquezas y miserias, está llamada a redescubrir la belleza, bondad y verdad del Evangelio que es Jesucristo mismo abierto en amor para la entera humanidad. Bendita globalidad, la de Dios en Jesucristo con el Espíritu Santo pro vobis e multis.
Que los seminaristas y los novicios y novicias tengan formadores que vivan la alegría del Evangelio y les preparen con sabiduría para su misión.