Acudo a Ti, Señor, con la confianza de tu escucha y atención. Tú nunca desatiendes nuestra súplica. Te ofrezco mi alegría y el desánimo que, a veces, me domina. Dame tu Espíritu para que refleje todo tu amor y misericordia. Unido a la red mundial de oración del Papa Francisco te ruego para que nos abramos al encuentro personal y al diálogo con todos.
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