Bendito seas Dios, Padre de Nuestro Señor Jesucristo, por tanto amor y compasión. Te doy gracias por el nuevo día. Que escuche tu palabra y a mis hermanos como María, la madre de Jesús y de la Iglesia.
En comunión con la red mundial de oración del Papa Francisco ruego al Dios Altísimo para que nos abramos al encuentro personal y al diálogo con todos. Pido también para que los pastores de la Iglesia, con profundo amor a su pueblo, animen su esperanza.
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