Gracias por la luz y el frescor del nuevo día. Te ofrezco mis afectos y deseos y que sirvan para que Tú, Señor, seas buscado, deseado y amado ahora y siempre.
Con la red mundial de oración del Papa Francisco pido al Dios vivo para que sea erradicado el tráfico de personas y que las comunidades cristianas de Asia anuncien el evangelio con alegría y sencillez.
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